sexta-feira, 1 de novembro de 2013

MEDICOS

El escriba Valdemir Mota de Menezes he leído este artículo sobre las costumbres orientales en el trabajo: Usos y Costumbres de las Tierras de la Biblia de Wight Fred



MEDICOS

Doctores entre los orientales de hoy. Los orientales tienen dos nombres para los que se dedican a curar. Le llaman el .hombre sabio. también lo denominan con la palabra "santo". El primer título indica la inteligencia que ellos piensan le es necesaria; y el segundo muestra su creencia de que un hombre santo tiene poder de Dios para sanarnos. A menudo llaman a los doctores uno tras otro, lo que nos recuerda de la pobre mujer quien "había sufrido mucho de muchos médicos" (Marc. 5:26), antes de ser curada por Jesús. Las enfermedades más comunes que sufre el pueblo oriental incluyen infecciones oculares, enfermedades de la piel, tisis, y fiebres maláricas y de tifoidea. Los orientales tienen un proverbio que enfatiza la importancia que dan a la fe: "Tened fe aun cuando sea en una piedra, y os recobraréis". Ellos tienen la grande convicción que aun cuando lo creen una obligación usar los medios a su alcance, el poder real para curar, es divino.

Doctores en tiempos del Antiguo Testamento. Doctores ha habido desde los más
antiguos tiempos bíblicos. El Código de Hamurabí, bajo el cual creció Abrahán cuando era joven en Babilonia, especifica que un cirujano que debía operar el ojo de un hombre usando un bisturí de cobre, y si el hombre operado perdía el ojo a causa de la mala operación, entonces el ojo del doctor sería sacado con un bisturí de cobre. Job habla de "médicos nulos" (Job. 13:4), cuando se refería a sus amigos que pretendían consolarle.

La ley de Moisés contenía una ordenanza que prevenía que un hombre herido en riña debía ser retribuido de su tiempo perdido por quien resultara responsable de sus heridas, y añade "Y hará que le curen. (Ex. 21:19). La circuncisión era una operación de cirujano. El escritor sagrado dice que el rey Asa puso su confianza en los médicos en lugar de ponerla en Dios, cuando él dice: "y el año treinta y nueve de su reinado enfermó el rey Asa de los pies para arriba, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos. Y durmió Asa con sus padres. (2 Cron. 16:12, 13).

Los doctores del Nuevo Testamento.

En tiempos del Nuevo Testamento había muchos médicos, entre ellos, sin duda, muchos que no valían ni el nombre. En lo que concierne a la pobre mujer que había ido a muchos médicos, Marcos nos dice: "Y nada había aprovechado, antes le iba peor. (Marc. 5:26), indicando que los médicos le habían hecho mal en vez de

ayudarle. Pero había médicos cuya práctica era sincera, y Lucas era un ejemplo notable. En su Epístola a los Colosenses Pablo le llama: "Lucas, el médico amado" (Col. 4:14). En las ruinas de la ciudad de Pompeya se encontró un equipo médico tan bueno como los mejores que usan las eminencias médicas actualmente. La Biblia reconoce la existencia de los médicos, pero no los coloca en un lugar prominente. El depender de Dios para sanar las enfermedades se enfatiza tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. (Véase, Enfermedades en las Tierras Bíblicas, Cap. 16).

COLECTORES DE LOS TRIBUTOS

El escriba Valdemir Mota de Menezes he leído este artículo sobre las costumbres orientales en el trabajo: Usos y Costumbres de las Tierras de la Biblia de Wight Fred




COLECTORES DE LOS TRIBUTOS

Colectas bajo el gobierno turco. En los días cuando el gobierno turco controló a
Palestina, estuvo en vigor un sistema que arrendaba el derecho de cobrar los impuestos sobre importación y exportación, el comercio interior, y diezmos sobre la agricultura para el gobierno.

Una compañía le garantizaba al gobierno una cierta cantidad de dinero por contribuciones; y luego, teniendo el monopolio de la cobranza, cobraba al público lo suficiente para asegurarse a su vez una buena ganancia en la transacción. Se creaba así mucha opresión e injusticia con tal sistema, pero se continuaba por tanto tiempo que el pueblo al final lo aceptaba como un mal necesario.

Colectas bajo el gobierno romano. Un sistema parecido al turco, estuvo en operación en el Imperio Romano en tiempos del Nuevo Testamento. El oficio de publicano, o colector, era en sí mismo bastante lícito, pues era necesario imponer contribuciones de parte del gobierno y era importante colectarlas. Pero había resentimiento de parte de los judíos en contra del pago de contribuciones al gobierno gentil. Este   resentimiento se acrecentaba más porque entre estos colectores había mucho robo y opresión, como los culpó Juan el Bautista: "Y vinieron también publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?, y él les dijo: No exijáis
más de lo que os está ordenado. (Luc. 3:12, 13). Por causa de esta situación los publicanos fueron considerados como notorios pecadores entre los judíos. Tal expresión como: "los publcanos y las rameras. y "publicanos y pecadores" eran de uso común entre ellos (Mat. 9:11;21:31). Porque Jesús buscaba hacerse amigo y ayudar a los hombres más bajos, ciertas gentes de su tiempo le dieron el título de "’amigo de publicanos y de pecadores" (Mat. 11:19).

Mateo era un publicano que tenía su oficina de impuestos cerca de Capernáum sobre el camino de Damasco a Acre, donde podía examinar la mercancía de los viajeros a lo largo de este camino real, y cobrar las consabidas contribuciones. Teniendo este oficio el tenía la necesidad de violar las observancias del sábado fariseo y la ira de ellos estaba sobre él. Pero Jesús llamó a Mateo para que le siguiera. "Y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los públicos tributos, y le dijo: Sígueme. (Luc. 5:27).


Zaqueo no era colector ordinario, sino más bien una persona que derivaba comisiones de lo que colectaba, el cual estaba sobre un distrito entero, y tenía colectores bajo su jurisdicción. Su conversión fue tan completa que convino en "si en algo he defraudado a alguno, lo devuelvo con el cuatro tanto. (Luc. 19:8).